viernes, 25 de abril de 2008

Amanecer cotidiano

  • “Un niño cada treinta segundos muere de malaria…”
    Comenzó así el día, con las noticias de la mañana que como fondo de pantalla mostraban los niños de color de siempre, con sus siempre vientres hinchados y miembros desnutridos...
    _ Debe ser el único insecto que no ha podido cruzar un océano ese mosquito._ decía Manuel mientras se entretenía untando su tostada de pan de campo con el tomate triturado que acompañaba todos sus desayunos y que le servía también, una vez puesto sobre el pan aún caliente, para que se adhiriera el jamón de manera que al morderlo no se le deslizara con tanta facilidad. _¿Digo no?_ Prosiguió sin dejar de mirar su tostada. _Si llegan pateras de a montones…_
    María por su parte parecía hipnotizada por una etiqueta del edulcorante que tenía frente a la taza de su café descafeinado con leche desnatada. No movía una pestaña…
    _Cinco mil creo que fue que dijeron el otro día por la tele, los que se habían ahogado en el dos mil siete. Es decir, los que no pudieron cruzar_
    María comenzó a dar vueltas con la cucharilla el café con leche, sin dejar de mirar la etiqueta.
    “Un puñado de arroz..¡Esto que ustedes ven! Es lo que tiene las tres quintas partes de la población mundial para comer y corre riesgo de abastecimiento dado el cambio climático y la sustitución por plantaciones de soja para favorecer la producción de diesel vegetal” Decía la reportera de la televisión a la vez que mostraba un puñado de arroz. “Será una época de dura crisis, según denunció la ONU esta mañana”…
    _¿Maríaaa, compraste arroz? ¿Has visto lo que ha dicho?
    María giró la cabeza cuarenta y cinco grados para constatar que su cartera estaba sobre el aparador de la cocina en cuyo interior, deberían estar sus lentes de lectura. La etiqueta, como todas las etiquetas, tenía letras muy pequeñas y se le dificultaba leerla. Miró nuevamente la pegatina escrita.., parpadeó rápidamente varias veces e intentó enfocar. Volvió a mirar el aparador y concluyó: _¡No tengo ganas!_ Y prosiguió su lectura al bulto.
    _¡Maríaaaaa,que si compraste arroz!!!_
    _Hay cuatro paquetes_ Contestó María con la etiqueta ya casi pegada al cristalino,
    _¿Y para qué cuatro paquetes si no nos gusta el arroz?_ Pregunto Manuel ya a punto de presentar batalla a la segunda tostada.
    _¡Para tener coñoo!. Si hay que tener siempre por las dudas Manolo._
    _¡Ya!
    “Otro coche bomba estalló hoy en la franja de Gasa. Tres muertos y diez heridos es el saldo del atentado perpetrado por un terrorista suicida ante las puertas de un comando del ejercito estadounidense…” El fondo de toma mostraba los estragos provocados por la explosión, restos de cadáveres y charcos de sangre esparcidos por toda la calle…
    _¿Manuel…tu has comprado otra marca de edulcorante?_
    _Pues sí. Es que no lo había el de la tapa azul, así que traje el de la tapa naranja._
    _¿Y estás seguro Manuel, que éste no tiene ciclamato?
    _¡Pero bueno María, vamos a ver! ¿Tú no te das cuenta que ya no viene más con esas cosas? Que ya nadie compra de esas cosas por que hacen daño. ¿No has visto que ya viene todo hecho y arreglado para preservarnos en salud, que nadie se enferma por alimentos raros? ¿Dónde has escuchado tú, que se muera alguien por alimentos en mal estado? ¡Coño María!
    _¡Vale, llevas razón! Pero siempre es bueno averiguar. Sabes que soy algo delicada y cualquier cosa me da nauseas. Ya bastante tengo con tener que aparcar el coche todos los días a dos calles del trabajo por que nunca hay lugar en frente, como para que también, no poder disfrutar de la necesidad de tener el edulcorante que me gusta para mi desayuno...¡el que a mí me da la gana, vamos!
    _Vale María, luego te compro el azul y dejamos éste para emergencias. ¿Apagas tú la tele antes de salir?_
    _Vale, yo la apago, yo la apago…siempre yo…

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