sábado, 30 de julio de 2011

Soledad y silencio

Y del silencio que tanto me habla
a la soledad que tanto me acompaña…
¡Qué decir a quienes tanto les temen!
Es el silencio el acompañante del beso,
el anunciante de la caricia,
el prologo de un te amo.
Del amanecer y el crepúsculo, es el consentido;
del arte…su placenta.
En mí soy yo, en el silencio,
quien me encuentra siempre hablando.
La soledad, que por el vela, lo protege.
Lo cuida como a un niño, para que crezca.
La soledad, mal vestida de viuda,
es en realidad madre y esposa,
mujer y hembra,
gestora de la creatividad, su desarrollo y descubrimiento.
El silencio es su mortal arma, ante la hipocresía,
que tiende llenar el espacio circundante
con alucinógenos patéticos, con el fin único,
de impedir a soledad y silencio,
el verte, encontrarte, escucharte, sentirte,
saberte y encontrar en ti,
tu verdad.