miércoles, 18 de marzo de 2020

El humano

El humano siempre aprende, afirmar lo contrario es una hipocresía. Tal vez no aprende aquello que se pretende deba aprender… pero siempre, desde la forma que sea, aprende.
Es consciente de sus elecciones teniendo la habilidad de fabricar circunstancias que lo excusan de responsabilidad. Por ello hay situaciones o circunstancias que conllevan a un límite tal que le deja sin excusas ante su real conformación ciudadana, su verdad o esencia básica.
Por esto, ahora que vives refugiado en tu hogar por causa de un virus que intenta asesinarte sin motivo alguno, por pura ansiedad de matar, que te enteras de la desesperación del perseguido.
Ahora que, al igual que un desocupado, te niega un virus la posibilidad de trabajar y no te da siquiera motivos. Te impide la posibilidad de generar sustento necesario para mantener a tu familia sin darte opción a defenderte, a reclamar tu derecho a la mínima dignidad de vivir y te enteras lo que es sentirse despreciado, devaluado y haber perdido la autoestima.
Ahora que sientes la agresión de ser rotulado, apartado y estigmatizado de tu espacio vital por el solo hecho de poder estar contagiado por un virus. Etiquetado como diferente o peligroso, por algo que no cuenta con tu voluntad y que es parte de una circunstancia ajena a ti y te enteras lo que es ser excluido, olvidado en tus derechos universales, utilizado y moralmente violado.
Ahora que la única distracción de ti mismo es el plasma de la TV, que sabes y te enteras en carne propia lo que es ser un refugiado, un desempleado, un superviviente de un genocidio viral, que has sido separado del resto de la humanidad por algo que no cuenta con tu voluntad. Ahora que ves a tu gente morir sin poder hacer nada más que consumirte por dentro, ahora que el mundo está tan lejano de ti… Si luego de esto sigues inmóvil ante los refugiados, la violencia, la intolerancia, el xenofobia, la homofobia… y todas las maldades humanas, no harás otra cosas que dejar en claro que el asesino eres tú, el maltratador eres tú, el homofóbico eres tú, el racista eres tú, el violador eres tú, el corona virus eres tú… sin distinción de género.
No podrás refugiarte más en tu condición de ignorante. A partir de ahora sabrás de qué lado de la vida estarás, si serás animal o seguirás siendo virus, por más que aún no te hayas manifestado.