viernes, 17 de enero de 2014

Te saludo por siempre...

Al enjambre me incorporo cada mañana,
indómito cristal purpúreo,
árbol seco, grieta a la sal y arena,
crujiente el grito de una mortaja ciega
que palpita detrás de mis andamios,
buscando desequilibrar mi osamenta.
El sol cubre mi existencia
buscando darme evidencia,
mas es la sombra de la Tierra
la que jala de mis adentros,
exprimiendo a lagrimas mi esencia.
Adormilado, escuálido
e incapaz de abatir parpados,
se alza cada día un pájaro en su jaula;
por mas que se le imponga la ciudadanía carcelaria,
su condición es y será ser libre.
No es nuestra voluntad la ley sagrada,
es simplemente el antojo cruel
de un dictador despiadado.
Al tikitaki de un coronel
asoman las sangres todas
a repintar la tierra,
al que a su vez,
articulan las cuerdecillas de marioneta
que lo visten de verde por inmaduro.
Siempre es un intento de cordura
incorporarme al amanecer
o debería pensar que lo es
el querer desincorporarme…
¡Te saludo Gelman!
cercano que estarás hoy de tu amor,
y por siempre en la trinchera de la poesía…