martes, 10 de marzo de 2020

No olvides acariciar...

No olvides acariciar…
Puedes ser hasta cruel
y olvidar querer…
pero no acariciar.
Hasta si quieres,
olvida el porqué,
pero no dejes de recorrer
la piel que humedece tus días.
Puedes dejar de pelear si gustas,
de correr, nadar o hasta volar.
Dejar de recorrer el mundo puedes…
Pero a ese infinito tan minúsculo,
que abriga tus emociones,
no dejes de acariciar.
No dejes de acariciar jamás.
No puedes ni pintar,
ni escribir o imaginar siquiera,
el roce de una sola molécula
de la piel donde habita
la mirada que te estremece,
cuando deja su aroma
en tu acorazada superficie…
única prueba de existencia absoluta,
donde empírico, poético y sentipensante
se hacen epicentro de la alegría.
¡Puedes hasta olvidar quien eres!
Pero no dejes nunca de acariciar…
es el idioma universal del amor puro,
del contigo y por nosotros,
del somos y podemos,
del estoy,
del te amo,
del te quiero…


lunes, 9 de marzo de 2020

Hoy no...

Hoy no quiero que nada zozobre
el nivel básico del viento,
la maduración de la ciruela
o el canto del silencio.
Hoy ya no existo ni puedo
agonizar a campo abierto,
inundar de rosas al limonero
o decorar al frío cemento
para que el ambicioso
lo juzgue de cálido elemento.
Ya hoy no quiero
abalanzarme sin razón hacia el firmamento,
agonizar bostezos ante el movimiento,
insinuar razones por puro aburrimiento.
No quiero oír que todo se mueve
desde la voz de los quietos,
untar con valores el pan de los siesos,
ver zarpar al barco que timón no lleva,
ni navegar sin vela en aquel velero.
No llevo fuerzas ya
para dejar pasar el sufrimiento,
ni maquillaje para sonreír al imbécil
o soportar la sabiduría del repitecuentos.
Será la obsolescencia de la paciencia,
el hartazgo de la tolerancia,
el abuso de la estupidez existente
o tan solo el tiempo
que corroe al consentimiento…
Hoy no quiero que nada zozobre
el nivel básico del viento,
la maduración de la ciruela
o el canto del silencio.