sábado, 16 de enero de 2016

Quise abrazar la vida

Quise abrazar la vida a piel descubierta
y solo metralla ardió en carne viva…
los brazos se hundieron en mares de sangre
de cuando la voz de la muerte fue escuchada
por vez primera en la morada de mi alma.
Busqué nadar contra corriente sorteando niños olvidados,
cadáveres que se revolcaban el los barros,
mentiras de un invierno brutal y desmadrado,
mirando el desfile de cadáveres, engrasado
y desde el palco oficial de un país avanzado.
Aquellas piedras puestas a modo de muralla
para separar la atrocidad de la vergüenza
se hicieron cristales trasparentes,
mostrando el caldo de vidas truncadas
a pura avaricia para un puñado de gente…
Hasta la prosa se resiste ante tanta insolencia,
ante tanto saber para engordar a las bestias.
Aquellos amaneceres que otrora mostraran
matices de vida que cualquier pintor envidiara,
hoy arrojan muertos en las arenas,
ahogan madres desesperadas y vuelcan niños,
en cubetas de metralla, a merced de la avaricia
de quienes hacen culto a las peores razas.
Quise abrazar la vida, otra vez a piel descubierta,
buscando descreer, lo que me cuenta el amor de las almas
sobre la indiferencia de la gente ante tanto dolor y muerte,
que desgranan mi carne con el desamor cual metralla.
En cada niño en cada voz, en cada color de piel en cada intento,
en cada estampa de una valla de alambre ensartada, en cada hedor,
en cada ahogo de incomprensión, en cada humillación en cada muerto,
en cada abuso en cada explotación, en cada petróleo en cada oro…
habrá una letra encendida que hará palabra de fuego probo,
hasta morir la pluma que entintara a sordos, con grafías hendidas
hasta lo más profundo buscando un algo de alma en tanto lodo.
Quise abrazar la vida a piel descubierta
y solo metralla ardió en carne viva…
Quise amar al Mundo y comprendí
que el Mundo, había dejado de amar…

jueves, 14 de enero de 2016

Si es de amor...

Si es de amor que quieres hablar…
Deja la rima, así como a la prosa repetida,
junto al almacén de los que necesitan formulario
y entinta a corazón la pluma que nace en tus entrañas
desde donde solo tu hablas, por que tu amor,
no tiene reflejos, no tiene igualas.
Deja la cordura ensillada y apóyate en la sal de tus hogueras.
No retrocedas en la palabra que el amor solo avanza,
que si quieto queda se estremece hasta el alma.
Solo tú endulzaste aquel amargor con la savia de tus letras,
y solo la silueta de tu esencia hará renacer aquella primavera.
Y si piensas..,
así como aquel poeta que piensa,
entonces no hablarás de amor,
serás eco y a duras penas,
de amores ajenos que te harán de espuelas.
Cuando tú poeta no escribes desde el amor,
yo poeta solo leo lentejuelas, en un mar de repetidas letras…

Recuesto sobre la silla

Recuesto sobre la silla
mi cuerpo inerte que figura
sin ocupar espacio sensible
y libero las letras que se estrellan,
literalmente se estrellan,
contra en blanco que se enmarca
delante de mi, o de mis intenciones.
Sin sentido casi escribo,
sin pensarlo casi escribo,
ya sin causa y menos efecto, escribo.
Pareciera de tan fácil lo tonto.
Pero escribo para mi solo,
lo hago por poeta,
autodenominado poeta
que sin ábaco o quimera,
desprende tinta a duras penas.
Quedaré por aquí,
mis adentros
y los afuera que veo.
Ya lectores, de los pocos,
descansarán de la necesidad
de quedar bien con mis necedades.
La poesía hablará en su dimensión
de las letras que aquí palpan la vida,
así como de algún modo,
yo pesco sinfonías literarias
desde una dimensión que desconozco
y que hace de mi un poeta paria.
Entre yo y mi,
gozo de la libertad de escribir
Sin más que el goce de hacerlo
Sin más que el peso de llevarlo
Sin más que el amor que siento
Sin mas que el haber estado…

Decolorado

Decolorado ante el sol naciente
permanezco a sombra en un recuerdo
que mece melodías de antaño
junto a una cuna destellada.
Los adoquines devuelven ecos
de los viejos cascos equinos
que alguna vez y no por azar,
redoblaron en mi naciente
Tu suspiro duerme en alguna grieta
a un costado de éste amanecer
que augura de lo tan distinto
lo tan nuevo o invidente.
Ya no hay eco en las aceras
quedan las palabras asidas
a la nostalgia de haber podido
tal vez y tan solo por ello,
despertar algún encierro
de mentes adoquinadas.
Decolorado ante el son naciente
permanezco a sombra en un recuerdo
que mece melodías de antaño
en cuencos de abriles tuertos…