jueves, 4 de agosto de 2022

A la inquisición intelectual...

A pesar de la inquisición intelectual y los comentarios de los estúpidos, si tuviera que valorar entre la palabra escrita y los árboles talados para sostenerla, una vez vistas las diferencias culturales entre las sociedades que se sustentan y las que no, de la palabra escrita… creo me quedaría con los bosques… ¿Porqué digo creo? Es simplemente porque me gusta escribir.

Marzio Girola

Hoy decretaban...

Hoy decretaban la regulación de la temperatura de los aires acondicionados a 27 grados como mínimo establecido por el déficit energético que se vive… En la calle hacen de 37 a 42 grados… Los comerciantes no están de acuerdo con la medida porque la gente se queja y no entra a consumir…

Hoy comienzan los cortes del agua en las duchas de la playa, que es agua potable… la gente se queja porque es incómodo llegar a sus casas con arena y sal en la piel.

Hoy cortarán la iluminación de monumentos y edificios, exagerada desde siempre, dado el costo de la electricidad y falta de energías… la gente se queja porque teme a la oscuridad, hablan de inseguridad y sentimiento de tristeza.

Hoy la falta de agua y los costes energéticos llevan la producción de hielo al mínimo y el grave problema que enfrenta la gente es las bebidas y tragos.  

Hoy se alcanzan las 200.000 hectáreas quemadas por incendios durante el 2022 (estamos a principios de agosto) el peor índice conocido para un territorio ya en vía de desertificación, y la gente se queja por lo feo que se ve todo negro y dónde ir en vacaciones.  

Hoy los cultivos por la sequía o granizadas o inundaciones caen en un 50% y la gente se queja de los precios en el super.

Hoy decían que hay varios factores que influyen para generar estos desastres climatológicos que vivimos… personalmente creo que es solo uno, bueno, que somos El factor. ¡Que sí! Que el planeta se transforma constantemente en ciclos o instancias universales,  pero que hemos sido muy víricos y avariciosos, contraviniendo todas las normas de convivencia natural. La gente sigue hablando que todo pasará… y es que ya pasó. No hay retorno, los interiores se transforman en algo energéticamente insostenible y los exteriores en espacios de difícil supervivencia.

Al menos los dinosaurios cuentan con la dignidad de alegar a un meteorito su holocausto… nosotros solo sabemos hablar de rentabilidad y producción, incomodidades y costumbres, moda y consumo… de nada terreno, todo un mundo irreal y abstracto. Tan abstracto que ni siquiera nos permite comprender que seguimos asesinando la obra maestra más maravillosa del Universo al que en su momento se le puso en nombre de Planeta Tierra.  

lunes, 1 de agosto de 2022

Nos hicimos sedentarios para evitar la inseguridad del nómada...

Nos hicimos sedentarios para evitar la inseguridad del nómada, la vulnerabilidad propia de los débiles. Inventamos dioses y santos para protegernos y sentirnos contemplados cósmicamente. Colgamos el futuro del palo en lugar de la zanahoria y la previsión sobre nuestros intereses personales y de nuestros descendientes directos, se hizo bandera de guerra. Inventamos sistemas sociales para las masas con la intención de enriquecernos individualmente. Fomentamos el volumen informativo como elemento básico para el conocimiento sin pensar en el valor de la información aportada. Creamos sistemas de aprendizaje en función del bienestar económico sin aprender del valor humano. Creamos el grandioso mundo del valor financiero donde nada que no genere riqueza monetaria es válido y menos valioso. Colocamos al tener como salvavidas de la humanidad sin pensar en su peso específico…y nos ahogamos.

Hemos hecho mucho, mucho. Más bien hemos deshecho mucho de lo hecho por siglos de evolución que nos indicaba que la única unidad posible es el todo. Hemos demostrado sin lugar a dudas ser portadores de la ignorancia vital más absoluta y estar llenos de información inútil y clasista. No somos El Cerebro, sino tan solo una pequeña neurona que hasta tal vez, cancerígena. Cosechamos todos los miedos a tal punto que cualquier intento equívoco de interpretar un juicio crítico parece un acto de valentía. Nos hacemos los animales y somos virus.

Ahora que por todo ello podemos ver claramente las consecuencias de nuestra voracidad paranoica, ahora que el Sol quema, la tierra se seca y arde, las lluvias ahogan y los fríos tiran piedras. De cuando los glaciales desaparecen, los océanos son basureros y el aire asfixia. Ahora que mundialmente se adora al mismo dios, practicando distintas religiones como ser la católica, la musulmana, la judía, la budista… pero todas a por un mismo dios que es el direno. Ahora que las aguas suben y seguimos construyendo en las costas, que asistimos a la desaparición del largo plazo, la muerte de la inversión a futuro, del ahorro y la educación…  Ahora es que nos creemos que podemos parar una avalancha de nieve con un pulgar, citamos palabras escritas sin saber de quién ni porqué, simplemente por dar esperanza… una curiosa excusa para la inoperatividad. Hablamos de terceras personas que obran mal, nos excluimos del exterminio y así como no somos conscientes de morir, tampoco lo somos de asesinar nuestro habitad con nuestra apatía.    

Nos hicimos sedentarios para evitar la inseguridad del nómada, la vulnerabilidad propia de los débiles… nos hicimos exterminadores, cómplices imperdonables de un sistema vírico de destrucción masiva.