lunes, 7 de marzo de 2016

Un niño...

Un niño murió de hambre
y yo colmado de alimentos…
Eso es más que suficiente…
No debería ser,
necesario,
agregar que es uno
cada tres segundos
que muere de hambre…
Hemos tapizado
alfombras de hipocresía
con llanto descalzo
por que un amor no ha llegado…
Por que al amor
no lo encuentro,
por que el amor
pasa de aquí…tan lejos…
Cómo reconocerlo al pasar,
si no podemos llorar
ante todo el amor
que muere de hambre
delante de nuestras ansias
de amar…
Cómo creerás
que podrás reconocerlo,
al amor,
cuando ya cubrió la miseria
la retina de tu alma.
Deja aquel amor
a los viejos castillos
que colmaban de aburrimiento
vidas que solo inventaban cuentos.
A los escribas de mandados
que repetían lo apetecible
a las almas arruinadas,
que embebidas en avaricia y lujuria,
solo veían del amor,
la traición, el dolor y la miseria humana.
El amor al Mundo…no está doliendo…
no duele, ni ha dolido jamás.
Es nuestra ignorancia
la que día a día dice al amor,
¡vete! vete de aquí lejos,
que no hay seda para tu lecho,
no hay llanto para tu aroma
y no hay alas para tu vuelo…
Que aquí muere un niño de hambre
y yo con mi alacena
que desborda de alimentos,
miro hacia otro lado y lloro,
y me desgarro
por que el amor
pasa de mi
tan lejos…