jueves, 16 de julio de 2009

Viene...

Ya viene, se aproxima..,
no es la sombra o tal vez si,
de aquella que navegó por sobre la alegría.
Retorna, remonta, se avecina...
se licua en el recuerdo de naves perdidas.
No se dónde hallarla a la que tenía,
se ha abierto a flor y sus esporas desperdiga.
Ah del viento que azota el estigma
que de pistilo a flor, germina.
Ya viene, se mueve, se empata, se entibia...
se hace presencia, presente, prestancia,
aparece, acude, coincide, figura...
será la del recuerdo
será la de las armas,
será la del suicida o de la flama?
Ya viene, se acerca...qué más da
si la vida tiene mi puerta abierta...

Devenir

Había siempre un Ruiseñor y un tabaco
bajo la lúgubre figura de su tiempo.
Cinco estancias a cada lado de su pecho
marcaban el origen de su compartida vida.
Un año de azules y cinco de firmamentos
cocían su almanaque de recorrido lento.
Cuanta espera puesta a pleno vuelo,
cuanta razón empotrada en los pimientos,
que jugando en el plato, le hablaban de sabores viejos...
Parecido era a aquel, el de las fauces de cemento,
pero ni calco ni espejo,
pudieron corroborar el aprecio.
No era aquel, y el otro menos,
era éste que no es siquiera
éste otro...

De fauces

Abrió fauces el cemento
aquella mañana que retaceó el alba...en sudores.
No había máscara ni tinta al viento
para adherir su pigmento
a la superficie inerte de su silueta.
El mar caía a pedazos sobre a quella mesa
sin dejar rastro de toda la belleza
que escondió alguna vez, bajo su agua.
No había que escuchar,
todo temblaba en la estación,
como de Atocha a la espera de la detonación
quedó años en el umbral de la fama...triste fama.
Fue un día de aquella manera,
que pigmentó en ésta otra,
que inicia en fauces éstas letras...