lunes, 8 de diciembre de 2008

La última lógica generación

Cuando un desfile de ataúdes
comienza la procesión
de la última lógica generación,
dejándote evidentemente
como próximo candidato elegible…
recuerdas que ya has sido hijo,
has sido marido, padre
y hasta escritor has sido…
y la realidad sigue su curso
implacable, indigna, hasta repugnante;
asesinando cotidianamente
los ideales que parecieran otrora,
tan obvios, tan vehementes,
que llegarían algún día, por evidentes,
a hacerse materia ante tus ojos.
Ya no hay más que intentos corroídos,
impulsos sin aliento de tan intentados,
y reconoces que no has hecho más
que un maniquí en escaparate de ofertas,
que solo te queda hablar tu verdad,
a ciegas de moral y de ética,
con la sola idea de dejar al menos una mancha,
una traza, un aroma
de tu pasaje inerte por estas laderas.
Se asoma Nietzsche
y lo convidas a vivir contigo…
desde su moral comienza la siembra
con la consabida cosecha…desde su visión.
Ya has estado al abrigo de ocho horas
ejecutando órdenes de antojo ajeno.
Ya has sido tu propio dueño
en este mega almacén de esclavos zombis
muy bien camuflado.
Has sido peón de uno, tres y varios…
y has sido rey de uno, tres y de varios.
Has sido presa de los listos…y listo también.
Cuando te das cuenta
que solo querías aprender y has aprendido,
que en el juego de pelota
nunca te interesó el gol
simplemente el partido.
Es cuando reconoces,
que el dinero no es tu fin…
esa meta inalcanzable, que se potencia
cual quimera o sueño.
Esa venta de realidad
de la irrealidad más etérea…
sientes, de golpe, que para ti
se ha terminado, mientras que aún,
el Mundo está lleno de dinero…
del inacabable dinero.
Entiendes que tu vida
no son los últimos días,
a limosnas,
para cubrir las necesidades de tu vejez…
Tonta longevidad para preservarte
entre cuatro paredes esperando
la inevitable mortaja,
programado ya con todos los miedos,
provisto de todos los seguros,
de todos los servicios que ni existen,
para un dolor o dolencia…
que nunca llega.
Así, hasta te la inventas
para justificar tu tonta vida.
Entiendes, que no es vivir más tiempo,
que es vivir más vida.
Haces un recuento de tu camino,
y te espantas al contar las veces
que has sentido que vivías,
haciendo de años…minutos vividos.
Reconoces terminado el partido,
al menos para ti,
y sales del campo de juego
a beber agua, a tomar aliento.
No hay más que aprender,
al menos no mucho…
Te sientas, y escribes…
Lo que nadie quiere escuchar,
lo que a nadie le interesa,
lo que nadie leerá.
Te preguntas…
¿Cuál es el más tiempo aquí?
Reconoces que solo el amor cotidiano
el día a día del enamoramiento te es vida,
y vives enamorado.
Así pues,
cuando un desfile de ataúdes
comience la procesión,
de la última lógica generación,
dejándote evidentemente
como próximo candidato elegible…
no buscaras llegar más lejos
por que la distancia de vida
será la dimensión de cada segundo
que aproveches, de este legado único,
que nos hace humanos.
Y esa es la capacidad de amar,
de sonreír, de disfrutar este paseo…
Alguien, alguna vez,
nos confundió con un hormiguero…
te forjó a hormiga.
Cabe en ti, ahora,
entenderte capaz
de leer éstas letras…
y hasta también,
de crearlas.
Así como a tu día a día,
como a tus futuros días
y transformarlos en siglos
de vivencias…
Más allá, de la eximia moral
que nos hace socialmente venerables…
Dignamente sepultábles…