Leyenda Urbana

Quisiera
o tal vez necesitaría saber,
dónde queda mi palabra
cuando trasciende tu pupila,
llevando desde mi 
ese trozo que debería compartir 
con la Parca, toda mi existencia.
Y es que de alguna manera
se que estoy allí,
me lo ha dicho ella…
y por ello quiero saber.
En un acto de galantería
anoche dejó la hoz en la puerta
y se adentró a mi cordura
para saber dónde metería yo
los trozos de vida que debiera
diezmar de mi cada día, 
para hacerle su entrega
hasta que agotara mi energía…
Me reclamó el diezmo 
que día a día revuelo en letras…
Por ello quisiera
o tal vez necesitaría saber,
dónde queda mi palabra
cuando trasciende tu pupila,
llevando desde mi 
ese trozo que debería compartir 
con la Parca, toda mi existencia…
Porque de tú tenerla
hemos desenmascarado a la muerte
y universalizado la existencia.
Vivo por siempre en ti
y vives tu en mis letras;
somos eternamente juntos
aquello que llaman muerte…
Deberé contarle a la Parca
con paciencia samaritana
que tan solo le resta ser
una simple leyenda urbana…

Alcanzo ya

Alcanzo ya,
vencido por el cansancio absoluto,
el filo de la cornisa que se apresta
a protagonizar de peldaño ultimo
ante el vacío infinito de la caída libre.
Diseccionado ante la contraposición de
más conocer y menos comprender
para así más querer desconocer…
ya casi sin herramientas para la supervivencia
y tan solo con materia para preservar mi cuerpo,
observo día a día la sucesión del futuro
que se repite en mañanas consabidas.
Me asombra más cuando se aclaran los pasados
que el advenimiento de los futuros…
los primeros más impredecibles que los segundos
rebozan de las ignorancias de corazones sedientos
de esperanza, amor y miedos.
Ya hasta las fibras acusan cansancios,
los tejidos se resecan y la verdad ahoga...
se habrá de apagar la energía magnética
que estructura mi celulario
para desperdigarlo a modo de Bigbang
por el resto del infinito…
y tal vez haya sido solo eso
el comienzo de todo esto…
No soy más que un sueño
que no sabe,
cuando deja de serlo…
y así,
alcanzo ya,
vencido por el cansancio absoluto,
el filo de la cornisa que se apresta
a protagonizar de peldaño ultimo
ante el vacío infinito de la caída libre.

Agriando

Hoy toca agriar las horas,
que se someten a lo oscuro
y mientras se entona a negro… una farola trina.
Los cuerpos se desvanecen,
aparcan la autoestima frente a un plasma
y las horas acontecen como tontas
de tanto dar la nota inexistente,
de tanto ser nada para un todo
que decapita opciones de vida,
perfora sombras con estrellas
y me confirma invidente…
Desconozco el segundo próximo,
mi lentitud me priva del segundo presente
y el olvido roba el segundo pasado…
estoy en una nada aún no descifrada,
donde no hay guía ni marca
no estoy ni catalogado…
No estoy y tan presente escribo…