sábado, 9 de mayo de 2015

Duda

El creyente se suma: yo creo en Dios
El ateo se diferencia: no existe Dios.
El agnóstico polemiza: desconozco sobre la existencia de Dios.
El ignóstico abre caminos: ¿Qué es Dios?

El punto es, que la duda es una premisa existencial, si no hay duda no hay individualidad. La duda, siempre tan mal gestionada gracias a los acondicionamientos de la moral ciudadana, no es perjudicial, más bien es lo contrario. No duda el débil, solo lo hace el valiente. El débil teme, que no es igual que la duda. La duda no paraliza, no detiene, simplemente abre caminos. Poco que ver tiene el miedo con la duda. Solo la mentira, que teme ser descubierta, tiene pánico a la duda. Por ello nos hace repetidores de premisas conocidas. Cuando el Hombre duda piensa por si mismo.
La consecuencia directa es al libertad, por que no somos tan distintos, de hecho, a la hora de amar poco nos diferenciamos, así como las cinco notas del pentagrama, sin globalización mediante, han existido en toda expresión musical humana.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Até una cigarra

Até una cigarra a mi dedo
para no olvidar aquel verano…
volé…
Quise amar hasta la cordura
pero me refugié en la locura cotidiana,
en una lata de refresco…vacía…bebida.
Fui la nada hasta para mi sombra
y un todo para el vacío de la forma.
Quise esperar…
pero cuando vas tan adelante
que ya nadie te escucha
comprendes,
que es la hora de seguir
aún más solo que antes.
Por que la soledad es una quimera
que inventó el miedo
para dejarte a su lado quieto,
para hacerte árbol
cuando eres pájaro.
Y sin pensarlo siquiera
até una cigarra a mi dedo
para no olvidar aquel verano,
y volé…

La luz decae...

La luz decae cuando el alma se opaca…
así los matices de la Luna
cuando salen a rodar las lágrimas.
Tu imagen teje con el recuerdo
sonrisas que en filigrana
van vistiendo mi rostro
de un brillo que añoraba.
La voz del tiempo canta la distancia…
Una sílaba cae al sonrojarse el alba
ante los colores de tu mirada.
Soñé un día no morir hasta saludarte
y hoy la soledad se enquista en mis entrañas.
Se desmigan las ilusiones como el pan,
a merced del antojo de hormigas olvidadas.
Te busco incrédulo en cada reflejo del alba,
espero me salpique tu aliento junto al café de la mañana
y rasgo un recuerdo para saborear su viruta
engañando así la silla vacía que te delata.
Por que la luz decae cuando el alma se opaca
y la vida se marcha dejando como quimera,
tieso cuerpo de guitarra, sin diapasón ni cabellera.