viernes, 10 de agosto de 2018

Adquirí a precio de tiempos, las estructuras sociales que pretenden cimentar la existencia y que se desarticulan cada vez que la insensatez de los idiotas pierde volumen en su multiplicación de peces. Rodé por los exilios y creyéndome exento me hablaron de insilios que resoplaron voces de tormenta e interminables sucesos de cuestionamientos que estructurados, conformaban la materia prima de mis cimientos de eterno desterrado condenado al insilio… así como millones que se dicen auténticos siendo colonos injertados. Y al igual que en los ciclos del planeta, los sismos reconstituyeron plataformas a costa de ciclos que desmontan para remontar… ese eterno ciclo de las evoluciones contrapuestas a las directrices estáticas y modeladoras de los imperativos sistemas socio-represivos tan virósicos como criminales. Así pues, la destrucción derivó en construcción, en desaprender sin perder la memoria, sin olvidar simplemente desactualizarme para no contaminar el conocimiento molecular, genético, universal. Pude visualizar el adentro desde el afuera, desde la luz reflejada y no desde la penumbra arrojada. Pude desapegarme para no condicionarme a lo moral que resuena en lo académico, en lo excelso que resuena prostituyendo el arte, en lo bello que resuena en los escenarios vulgarizando la expresión… ver los diablos construyendo cielos y sobre todo, despegarme de la contaminación coloquial sin paréntesis de reflexión, para poder pensar. 
El Humano es espécimen de manada, pertenecerá a la mayoría porque cree aún que el número lo protegerá de las bestias y defenderá a esa mayoría por más estúpida que parezca. Se aferrará a sus estructuras por más que un su interior más intimo se cuestione toda su existencia y por ello no será nunca sincero, ante el público primero el guión. La mentira crecerá hasta ser la gran fábula reinante que todos se creerán incondicionalmente. La vida de los realistas materialistas será una total utopía hasta dar espacio a la existencia virtual… más virtual aún. 
Es más cómodo y menos costoso ser condescendiente con un idiota que defender ante él una posición individual…algunos se colocan a la par del idiota para derrotarlo de forma que éste se entere ya que los idiotas son inmortales por ignorantes… no se enteran ni que los han matado. 
Cientos de libros leídos, veintiocho para editar y cuatro editados, cientos de cuadros y dibujos realizados, tirados, regalados y alguno negociado… he andado interponiendo lentes graduados a cada paso, para cada luz o escena, buscando ver lo más nítido posible. Ya solo el error queda para convalidar camino… el resto, muere en el recuerdo de algún loco conocido que recupera cenizas del camino, que pudo aún esquivar el miedo de ser uno mismo que no es igual que ser lo que un manual de realización personal te indica si puedes encontrarte en su índice… 
Adquirí a precio de tiempos, las estructuras sociales que pretenden cimentar la existencia y que se desarticulan cada vez que la insensatez de los idiotas pierde volumen en su multiplicación de peces… desde adentro vine afuera y desde afuera… salgo.