miércoles, 1 de febrero de 2017

He visto



He visto quebrar el horizonte con el aliento de un recuerdo. Abrazar la luz con una brizna de viento, colorear la eternidad con una mirada… he andado.

Se abrazó la Parca a mi sombra para pesarle a mis andares, habló de ahoras y decidió balancearse. Se abalanzó hecha historia, con el peso de su mentira para apagar mis pupilas, descolgando los párpados del asombro perpetuo que regala el camino… y siempre andando.

Comprendí que la muerte es el miedo y agonizar, el estarse quieto. 

Pude llorar la alegría y cantar el dolor, en fin…pude desaprender y confiar en mis sentimientos. Perderle el miedo a las palabras al conocer su significado, así como el miedo a perderte al saberme amado, que por solo amar no existe el amor… necesita retornar complementado. 

Me habló aquella mujer que hacía claveles de sangre derramada, que bordaba de amor la maldad de las pobres almas y reivindicaba el derecho a la vida, como universal gesta humana. 

Me regaló vida en flor de papel, aquella otra mujer que de libros hablaba, pregonando cultura de aquella que con la palma abierta nos habla, la que cultiva y crece, alimenta y gesta. Me regaló desde la más absoluta carencia de suntuosidad, el más pleno e inmenso vendaval de sentimientos, que solo sabe de sinceridad, honra y grandeza. 

Y aquel amigo, que quedó acariciando lagos y sumando mares a cielo y sierra, vendaval y luna llena. Que de saberes busca verdades y del amor hace su día a día, me habló del camino, de la vida espejo…reflejo de tu alma…

He visto quebrar el horizonte con el aliento de un recuerdo, amar la vida hasta el desosiego…y siempre desde el hemisferio donde la pobreza es bella, donde pocos creen, habitan las estrellas…