miércoles, 12 de abril de 2017

Junto a ellos por siempre...

Las veces que ha llovido
el roma a pasto acariciado,
hacía enebros de sensaciones
desde la brisa húmeda
hasta el cenit
de mi cimiente
El agua se tranzaba a mis pies,
entre mis dedos chirriaba de alegría
y hacia surcos en las sonrisas
que alborotaban los días
Las veces que ha llovido
he estado haciendo cielo descubierto,
celeste almidonado de aciertos,
acordonando luces en el cemento,
brincando la emoción de ser bendecido
Las veces que ha llovido
no hubo de lagrimas
ni gotas, ni rocíos.
No en rostro de niños
bajo miradas de desconcierto,
no en miradas de miedos
de niños ya sin aliento,
no en el reino de la muerte
donde tenía la vida su aposento.
Las veces que ha llovido
el roma a pasto acariciado
hacía enebros de sensaciones
desde la brisa húmeda
hasta el cenit
de mi cimiente…
hoy chorrean lágrimas
desde un cielo crujiente
haciendo de mi tinta cuna
para los niños de la muerte,
de mi pluma argamasa
y de la poesía el cimiente,
para traer de nuevo la lluvia
que acaricie al niño que se divierte.
No iré a por ti, animal maloliente,
te alimentas del odio
de la sangre y la muerte.
Voy a por mis niños
que junto a ellos,
las veces que ha llovido
no hubo de lagrimas
ni gotas, ni rocíos.
Junto a ellos…
las veces que ha llovido
el roma a pasto acariciado,
hacía enebros de sensaciones
desde la brisa húmeda
hasta el cenit
de mi cimiente
El agua se tranzaba a mis pies
entre mis dedos chirriaba de alegría
y hacia surcos en las sonrisas
que alborotaban los días
junto a ellos…