En poesía

No me deshago en la prosa
me dibujo en la poesía.
A cada paso destilo una frase
que alcoholizada de andar
desprende aromas que embelezan.
No acondiciono para ser agradable
ni imploro para ser atendido.
No escribo…
de hecho, no soy escritor.
No estudio, intuyo.
No busco agradar,
por ello me permito
ser auténtico.
Salgo en busca de la vida
por que se
que nadie me la traerá a casa.
El amor y yo,
hicimos un pacto de caballeros…
Al poder lo tengo siempre
sobre la mesa de autopsias,
y a los que dicen quererme,
en el diván de sus delirios.
No llevo pancarta
por lo que,
no pido que me miren;
ni altavoces,
por lo que
no tienen que escucharme.
No me infravaloro
ni te desprecio…
simplemente he comprendido
el tener y el poder de Fromm.
No me deshago en la prosa
me dibujo en la poesía…
la una es una estructura
la otra una forma de vida…

Libertad peregrina...

Si tan solo una vez más
me cobijase tu aliento
como en el cenit de mi agonía,
dejarías en lo cierto
Libertad peregrina,
que fuiste tú
desde el comienzo,
la brisa misma
que supo empujar mis velas
hacia el amor de mis días.
Tan solo una vez,
una vez más
Libertad peregrina,
como cada una de las veces
que te has hecho día,
cuando he dudado
que aún existías…
Si tan solo una vez más
me cobijase tu aliento
como en el cenit de mi agonía,
juro no morir jamás
galopando en ti
Libertad peregrina.

Al filo del camino...

Cayó silencioso tu llanto
pero rotundo sobre mi conciencia;
tu primer llanto salpicado en placenta,
tu aparición, tu presencia eterna.
Los dos soles azules
portadores de la anhelada sonrisa,
quebraron el negro del hastío
y hablaron de caricias eternas.
Las seis cuerdas se trenzaron
jalando de mi alma
hasta el diapasón de mis fuerzas
y prosiguieron mis botas
estrujando la tierra,
bajo aquel Sol,
sobre aquellas pendientes,
que pretendieron borrar mis huellas...