viernes, 13 de junio de 2008

Se me ha perdido una niña...

¡Se ha perdido una niña!
La más bella.
La más niña.

Se ha ido el abrazo en las pantorrillas,
sus cachetes pegados en mis rodillas.
Su cara al cielo buscándome en las alturas.

Se ha ido su boca inquieta
desparramando sílabas por doquier,
cosechadora de sonrisas.., de las pocas que recibía.

¡Se ha perdido una niña!
Quien me pintó un alma nueva.
Quien me llevaba a niño y me exigía a padre.

Locomotora inquieta e infatigable.
Mis brazos su gran cobijo.
Mis hombros su anhelada montura.

Hoy a mi lado,
la damita inquieta
ha venido para acompañarme.

Germina...
Germinó y emprendió su camino de árbol,
aspirando la vida con voracidad de piraña.

De las bellas, la bella. Por única, genuina.
Ya su frente en mi mentón,
y sus ojos sobre mis hombros buscando su horizonte.

Hoy a mi lado, una damita.
Quien me ha repintado el alma.
Quien me lleva a amigo y me exige a padre.

Porque hoy se me mezclan la sal y el azúcar.
La llegada y la partida.
La nostalgia y el orgullo.

Porque es mucho lo que se añora
y tanto más lo que se admira.

Porque es tanto el dolor de la nostalgia
y tanto más el amor por lo que crece.

Porque hoy al abrir mi puerta
y al sentir libres mis pantorrillas,
corazón y alma gimieron, horadando el alma mía:


¡Se me ha perdido una niña,
la más bella,
mi niña..!

Papá