En cada ocasión al abrir los ojos, el párrafo último ante tanta demencia se hace amigo, letargo, bálsamo de cicatrices.
Reconozco mi enajenamiento que tanto agradezco a la sin cordura, que abrazó mi andar todo en un camino de tanta ponencia, que pareciera el jardín del Bosco.
Reconozco mi enajenamiento que tanto agradezco a la sin cordura, que abrazó mi andar todo en un camino de tanta ponencia, que pareciera el jardín del Bosco.
Hoy que todos leen, escriben y se conectan entre si…hoy más que nunca la sordera impera sometida al miedo del destierro de la zona de pertenencia, de la seguridad del Feudo y la protección del Borgo. Se nos dijo que el conocimiento acabaría con la esclavitud, que era el saber el primer paso a la libertad…aún estoy por enterarme de cuál o qué esclavitud ya que nunca especificaron a cuál saber referían.
En cada ocasión al abrir los ojos, el párrafo último ante tanta demencia se hace amigo, letargo, bálsamo de cicatrices... único y lógico regazo para quien viaja despierto, ignorante y atento.
En cada ocasión al abrir los ojos, el párrafo último ante tanta demencia se hace amigo, letargo, bálsamo de cicatrices... único y lógico regazo para quien viaja despierto, ignorante y atento.