sábado, 14 de marzo de 2015

Permíteme

Permíteme abrazar
tu aliento con mi mirada
para regar las flores
que germinaron bajo el manto
de humedad que respirabas.

No ha sido mi intención
dotarte de corona
en este loco andar,
ni al amor nombrar
o al nombre amar.

Permíteme tan solo
abrazar con mi mirada
el aliento que a las flores
regala cada mañana
la humedad que respiraras.

Es tan solo ello
lo que mi amor aguardara
para sorpresa y deleite
de lo que pareciera
contigo no acabara…

viernes, 13 de marzo de 2015

Conversaciones con Marco...

Me hubiera gustado ser licenciado, doctor o titulado e algún tipo de carrera para opinar con fundamento…

Fundamento intelectual que conformara un hilo conductor hacia lo aceptable y permisible de aplicabilidad para ésta sociedad europeizada que habito.

No llevo ese conocimiento conmigo y si lo llevase, no está enquistado con las grapas adecuadas de la educación formal occidental/austriaca.

Concurrí si, a esa escuela como todos pero mi condición de saltimbanquis entre Venezuela/Uruguay/Argentina/Italia, amalgamada con una cultura italiana que se disputaba la prevalencia entre el refinado estilo y la distinción de Milano y lo terreno y carnal de Verona, junto a la realidad de las mujeres haciendo cola por una lata de agua de Venezuela, el desborde argentino, la mateada uruguaya, etc., contraponían matices que mi sensibilidad no permitió que pasaran desapercibidos.

También llegué hasta el sexto año de preparatorios de arquitectura pero en un ambiente de dictadura militar en aquella época en dónde los famosos superpolicías del Mundo dieron permiso de matar y desterrar toda forma pensante del hemisferio Sur, implantando el terrorismo como herramienta de colonización. Pero con la suerte de cursar en un instituto de enseñanza que reaccionó siempre y de alguna manera en contra de la opresión, la injusticia y el asesinato. Por ende, un grupo de Humanos Maestros y Profesores conformaban esa plantilla. Por lo que los intentos gubernamentales de degenerar cultural y moralmente a una generación, se vieron, en éste espacio en particular, seriamente frustrados.

A esto podemos agregar que continué mi recopilación de información (no digo estudios ya que nunca estudié como se considera debe hacerse), en la Universidad del Trabajo del Uruguay, precisamente en la Escuela de Artes Aplicadas Pedro Figari. De los institutos de enseñanza de la época de facto, debió ser el menos agraciado. Carente de todo, contó siempre con la voluntad implacable del alma poética que conlleva al arte. Bajo frío, sin materiales y haciendo fondo económico para cada tanto contratar una modelo, se brindaban las herramientas prácticas para ejercer el oficio…pero siempre había alguno que le agregaba lo otro y así, el arte renacía en el mismo centro de la bestialidad.

Pude en esos tiempos entrar en los talleres particulares de MAESTROS como Miguel Ángel Pareja y Dumas Oroño…donde aprendí Arte. Comprendí que no era un oficio, que era una filosofía y que conformaba una cultura y no una capacitación practica. Y es que el pintor puede o no ser un artista. El escultor puede o no ser un artista. El músico, puede o no ser un artista. Hasta el poeta, puede o no ser un artista…El artista, de alguna manera es pintor, escultor, músico, poeta…sin siquiera haberlo querido o pretendido. De tal forma es así, que se da cuenta que lo es solo cuando se lo hacen notar...y es que en su interior, es cotidiano.., compone su normalidad.

Terminé la U.T.U junto con la dictadura y se abrió la E.N.B.A. (Escuela Nacional de Bellas Artes) en donde ingresé en su primer año de renacimiento. Fuimos obreros e íbamos recibiendo clases en los salones que íbamos construyendo. Un grupo de gente maravillosa dispuesta a demostrar que al igual que en los bosques, cuando los grandes incendios devoran lo visible (y esto demuestra la pobreza espiritual e intelectual de aquellos que los provocan), desde lo invisible a los ojos germina la semilla más inteligente, pura y cada vez más enamorada, que alimentada por las cenizas brota con la fuerza esencial de la vida misma enamorada de la vida. Y en ese momento, el arte que tanto se quiso desterrar, enraíza con más fuerza y convicción…y renace.

Por todo esto, me hubiera gustado ser licenciado para opinar con fundamento…

Fundamento intelectual que conformara un hilo conductor hacia lo aceptable y permisible de aplicabilidad para ésta sociedad europeizada que habito. No lo soy, no comprendo la información recopilada durante mis cincuenta y dos años al igual que la mayoría. Recuerdo cuando me atrapó la física, en cuarto año de bachillerato que fue con la teoría de la relatividad de Alberto y la capacidad de un profesor particular que tuve cuyo nombre no recuerdo pero le apodábamos el ratón. Una vez leída, una discusión que comenzó sobre la fórmula de la masa, terminó con el ratón diciendo: Marzio, esto ya es filosofía no es física. Allí comprendí que era tan real el concepto de Alberto que hasta su propia teoría era tan relativa al punto de vista con el que se mirara, que me modificó filosóficamente. De allí que la física ha sido más un libro de vida que un manojo de fórmulas para mi. Así como las charlas con el peón de la estancia de un amigo, la actitud del auténtico que conocí en una isla del Titicaca o la conversación con un jardinero de Marrakech...

Esto que intenta desde hace mucho tiempo ser un libro y que no llegará a serlo puesto que Marco sigue escribiendo, no contiene lo que esperas encontrar o bien, que estás acostumbrado a buscar. Por ello es, que casi como libro no existe, y esto conlleva a la posible realidad de que no lo estés siquiera leyendolo…