jueves, 6 de marzo de 2014

Cuatro Lunitas de Maracaibo...


Ya todo se ahora...

Somos tan pocos ya
que se ahoran los tiempos.
Se ahoran las palabras nunca dichas
y se ahoran los besos olvidados.
Las caricias que hubieron se ahoran
y hasta el adiós se hace brisa ligera,
necesaria caricia para el alma.
Hasta las palabras que nunca existieron
se ahoran…
En mi tiempo,
solo mío,
me ahoro.
A puro antojo me ahoro,
al conocer el despueseo
que comienza ya,
con la primer meta diseñada
en forma de pupitre,
hacia el despueseo del título,
al despueseo del cargo,
al despueseo de la familia
hasta la jubilación o el asilo…
que despuesean el orgullo de haber sido.
Por que ya…
no hay despueseos.
He dejado a la mano que guía
por entender a la que miente,
aquella que parece ahorarnos
pero que habla de despueces.
Quieren para mi los despueces,
aquellos que se ahoran día a día.
Para vosotros también
y para aquellos que aún no entienden,
aquellos que no se ahoran
y que viven en despueces...
para ellos, el nunca.
Que no es el ¡NO!,
Que abre rendija a la lucha,
es el ¡NUNCA!,
que es el no eterno y para siempre.
Que es más que la nada,
ya que ésta,
invocó en su antesala a un algo.
Somos tan pocos ya
que se ahoran los tiempos.
Se ahoran las palabras nunca dichas
y se ahoran los besos olvidados.
Las caricias que hubieron se ahoran
y hasta el adiós se hace brisa ligera,
necesaria caricia para el alma.
Hasta las palabras que nunca existieron
se ahoran…en mi tiempo solo mío,
en que me ahoro ,
a puro antojo de ahorarme,
luego de reconocer
tras larga ceguera,
al despueseo…