sábado, 13 de diciembre de 2014

Cansado...

Hoy duermo tras el cansancio
de una boca que bosteza...
el alma que convoca deidades
y la sangre que implora presencias.
Algún cautivo timonel
se obliga a dar regata
y compite a sales sus entrañas.
Desahucia su alma
a pura competencia,
y de llegar primero
deja el camino a ciegas.
En puerto ya,
una lágrima se desorienta,
debió caer al mar
y ya no haya complacencia...
Veo a diario a los muertos morir,
a los que nunca recorrieron llegar
y a los llegados no comprender
siquiera en donde están...
Una llaga en la mano
acusa el soporte realizado,
la caliza estructura
avisa en crujiente
y la voluntad
subyace en escombros...
Entonces,
simplemente,
duermo tras el cansancio
de una boca que bosteza...
el alma que convoca deidades
y la sangre que implora presencias...