martes, 30 de octubre de 2018

Soy tan pequeño

Soy tan pequeño
que el Sol no puede verme..,
sin embargo,
me siento tan inmenso
a la luz de tus ojos
que me cuelgo el Sol al cuello
cada vez que me reflejo
en tu retina…


Nosotros seguimos jugando a la democracia

Nosotros seguimos jugando a la democracia, pero la realidad es que desde que las izquierdas ganaron espacios de manera preocupante para los totalitarismos, la estrategia ha sido ir contra el sistema democrático y ya no contra las izquierdas. No es casual que los partidos políticos estén eclosionando llenos de corrupción, apropiación indebida, malversación de fondos, etc. No es casual que ocurra en todo el planeta a la misma vez. No es casual que hayan gobernantes presos en todos los sistemas de gobierno demócrata… ¿Acaso los hay en sistemas totalitaristas o imperialistas? Claro que no. Ellos siguen jugando a los buenos que ponen presos a los malos, pero donde aún hay riesgo de población pensante, los que están siendo apresados son los que supuestamente eran de los buenos. 

Seguimos llegando siempre tarde distraídos por gran hermano, las hamburguesas, los gimnasios y las drogas. No es casual que los medios desparramen sin censura alguna el abuso descarado del poder por parte de los partidos políticos (cosa que no es ninguna novedad), lo que sucede ahora es que pueden ir contra los dirigentes políticos porque no son en realidad los que gobiernan; esos, están dando fin al sistema y nosotros siempre desde las gradas del Coliseo, hinchados de cerveza y palomitas de maíz, aplaudiendo la batalla que se nos presenta como espectáculo. 

El gran engaño del bipartidismo occidental está en que el concepto de izquierda y de derecha tuvo como centro a la monarquía, no al pueblo… y hemos seguido así. Se tiende a poner en el centro a la población y eso es un error. 

El abuso de los que gobernaron a la derecha de las monarquías llevó a que triunfen gobiernos de izquierda en elecciones populares. El antídoto que hacía sentirse a la masa representada y no se pensó llegaría a gobernar, gobernó. Ahora sucede que el verdadero centro no está dispuesto a correr nuevamente ese riesgo y dejar en mano de políticos sus enfermas intenciones de poder. Ahora van a por el sistema. Y no esperen uniformes verdes o caballeros de mesas redondas… al inquisidor lo lleváis en la mano y lo manejáis con un solo dedo…¿O él los maneja a ustedes?