miércoles, 12 de noviembre de 2008

Del amor a amar...

He conocido aquello que muchos

llaman dolor y que pocos conocen.

En las dunas de cal viva

que levantó una historia

que no me pertenecía.

En el hedor de la distancia

que bostezó ante mi

abriendo fauces infranqueables.

Y sobre todo,

en el tener que renunciar

a empaparme de mi propia esencia,

día a día, minuto a minuto,

por saber

que debía partir un día,

de aquellos que no se sabe

cuando llegan,

para dar espacio

a sus existencias.

Que como la mía,

del dolor abonó camelias…

Y así vivo y convivo

con aquello que muchos

llaman dolor y que pocos conocen,

con lágrimas que asoman

ante la ciega urbe que rodea,

a quien sabe que el dolor…

aquel dolor que nace de la voluntad de amar,

es al fin,

cincel y martillo

de las almas bellas

que al sabor de la sal

disfrutan la dulce miel

que a gotas

nos brinda esta colmena

que llamamos vida…