sábado, 9 de mayo de 2015

Duda

El creyente se suma: yo creo en Dios
El ateo se diferencia: no existe Dios.
El agnóstico polemiza: desconozco sobre la existencia de Dios.
El ignóstico abre caminos: ¿Qué es Dios?

El punto es, que la duda es una premisa existencial, si no hay duda no hay individualidad. La duda, siempre tan mal gestionada gracias a los acondicionamientos de la moral ciudadana, no es perjudicial, más bien es lo contrario. No duda el débil, solo lo hace el valiente. El débil teme, que no es igual que la duda. La duda no paraliza, no detiene, simplemente abre caminos. Poco que ver tiene el miedo con la duda. Solo la mentira, que teme ser descubierta, tiene pánico a la duda. Por ello nos hace repetidores de premisas conocidas. Cuando el Hombre duda piensa por si mismo.
La consecuencia directa es al libertad, por que no somos tan distintos, de hecho, a la hora de amar poco nos diferenciamos, así como las cinco notas del pentagrama, sin globalización mediante, han existido en toda expresión musical humana.

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