jueves, 24 de abril de 2008

80 años de amor y vida...

Hoy,

de mis amores

el más añejo de los eternos,

rebasa los ochenta solsticios

desafiando guerras, metralla,

sismos, desamores e injusticias;

que en fallido intento

buscaron privarle de éste día.

Sin ser ángel ni estrella,

sin más atavío que su bondad infinita,

ha sabido siempre cosechar flores

de la peor de las tierras.

A Dios.., lo puso en su justo sitio

como buena madre de siempre

y el infierno perdió su sentido

cuando al fuego que quema,

lo pintó tibieza para su madriguera.

Que no ha podido ser ni escrita,

porque no hay tinta para quien sabe,

sin estar..,

permanecer eterna.

Yo,

iluminado para andar junto a ella

cuarenta y cuatro

de los ochenta ciclos,

convivo con el gozo eterno

de andar sobre su palabra,

descansar al costado de su sonrisa,

vivir inmerso en el aroma de su piel,

que cubre la hediondez de la hipócrita existencia.

Hoy,

que unas pocas leguas

pretenden ser intersticios

entre mi alma y aquella,

concurro altivo, de frente expuesta,

al entierro de la distancia

que derrotó con su amor

la dama de los ochenta.

Que no hay ni número…para tanta existencia.

Y así te saludo,

Señora de la Vida,

como lo he hecho siempre;

con el honor de ser tu amigo,

el orgullo de permitirme tenerte,

con el placer de que me tengas…

y por siempre;

porque has hecho del tiempo

una simple quimera.

Marzio Girola 14/07/2007

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