Recapacité.
Ante el altar de mi propia imagen
en donde no hay otros flujos
ni estandartes o fetiches,
de barro o psíquicamente implantados,
que hagan olvidarme o menospreciarme.
Recapacité.
solo o tan solo, que ni yo mismo estaba,
al menos aquel que estuvo y ya no anda
mendigando por algunas migajas de si mismo,
recostado sobre su propia lástima
a la espera de algún segundo de complacencia.
Recapacité.
Almacenado ya cómo aljibe de ideas
deshuesado sobre la mesa de la conflictividad
presto a ser carne de historia,
a la espera de un risueño responder anónimo
que pudiera dar lugar a tanto habido.
Recapacité.
Y no vi nada,
No me hallé, ya no estaba.
Ni la carroña sobre la mesa ni nada
contaba ya para el fastuoso juicio
Y es que simplemente
Ya no estaba
Y por ello
Recapacité.
No hay comentarios:
Publicar un comentario