jueves, 24 de abril de 2008

La poesía y yo...

Así caiga la noche cual telón

durante la escena más luminosa

o se abran los mares que a mis pies entibian

y así no me comprendan ni quienes lo intentan

o deje hasta la luz, de ser mi compañera;

será la poesía en mí

hasta que la muerte nos separe.

Así se desvanezcan todas las tintas

y los soportes se hagan agua

o la piedra se derrita

se exterminen las fibras

y ni ojos queden

para descifrar grafías.

Y así no haya ni con quién ni cuando

así el vacío reine los cuerpos

así no halle siquiera un pasto

en donde dejar caer mi cabeza

e imperen las espaldas

para mi frente que busca brisas…

será la poesía en mí

hasta que la muerte nos separe.

Y así y todo…

¿De qué muerte de cuál parca

que nos pueda separare?

Si hasta en la pérdida de las formas

de los fondos y las aprensornias,

en la secuarismada tersitónia

epíada y citrúña…

se hace la poesía a la magia

de mi andar y de sus hormas.

He sabido ya

que soy

llevo

comparto

y vivo,

y solo registro

espero

y

respiro…

Poesía.

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