domingo, 27 de abril de 2008

Recomponiendo...

El Aloe dejó su verde olvidado, esta tarde.

El clavel salpicó de sangre su depósito de arcilla
y pareciera herido de muerte por el cactus,
que a su lado, busca extenderse sin dar tregua.

Detrás de mí, el limonero,
que aún sin flores busca preocuparme…
más yo se de sus necesidades,
los primeros calores del verano habrán de derrotar su abstinencia.

Parecieran todos, acusar un verano caluroso…

Por mi parte
no creo ya en las estaciones.
He vivido el frío del verano y el calor del invierno,
de cuando las llamas del fuego de la vida
sobrepasan el límite de las paredes de la chimenea;
y me han helado el alma en veranos,
con el frío filo de alguna palabra
que talló en hielo a mi corazón.

El clavel ha dado flores todo el año…tal vez conozca la historia.
Yo no se la he contado…ya no la cuento ¿Para qué?
Ya todo ha pasado y los aprendizajes se han sucedido.

Sólo en los tiempos de mi marcha quedan,
las articulaciones vencidas por el peso de esa historia..,
de cuando presente era,
de cuando lanzadas fueron aquellas piedras
que llegaron a dañar de alguna manera, mi osamenta.

Hoy mi alma reposa…exhausta, libre de saberse cierta
y poderosamente mía,
como de todos aquellos que sobrevivieron.

Como el pequeño rosal, vecino del Aloe,
al que podé antes que los tibios vientos vinieran,
que recompone todos sus tallos para hojas nuevas
y del que espero surjan,
las más bellas rosas de ésta nueva primavera.

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