sábado, 13 de febrero de 2016

Homenaje a F.C.

Un día, cercano a mis diez años recibí mi primer regalo en dinero...ya se hablaba de olvido... y lo curioso fue mi antojo, comprar mi primer disco. Así que me acompañaron a una disquería famosa en el centro de Caracas (aún era pequeño y no andaba solo) que si mal no recuerdo era Don Disco y quedaba en Chacaíto. Así que compré mi primer disco, un LP. Aún no se por qué compré ese disco o de dónde vino la inspiración, pero llevo conmigo y grabadas a fuego, muchas de sus palabras que tensaron y con fuerza, la maraña de redes que tuve que tejer más tarde. Son esas cosas que suceden y que me hacen pensar que de algún modo, ya sabía hacia adonde iba… Es uno de los grandes olvidados de hoy, que decía cosas como:

"No me importa tu fusil ni el cañón de tu enemigo, dos males no significan un bien en ningún sentido"...y enfrenté el divorcio de mis padres...

“No me pidas que me quede si por andar te he encontrado, que nuestros pies no interesan tanto como nuestros pasos”…y supe que no dejaba aquel amor, que simplemente seguía el camino del amor.

“El Diablo fue al mar a escribir la historia del Mundo, pero no había agua, Dios la había bebido. Juan Comodoro buscando agua encontró petróleo, pero se murió de sed.” Y comencé a trabajar sin buscar petróleo y quedándome en el agua disfrutando de su frescor y saciando mi sed de vivir. 

“Quisiste atrapar al ave y solo la has enjaulado. Quisiste ser su señor pero solo la has matado. Hermano te equivocaste, la fuerza no está en las manos. Para ser dueño del ave hay que dejarla volar y gozar de su color, su libertad y su canto…de qué nos sirve la alegría si es a costilla del llanto”. Y comprendí cómo amar, con la libertad de mi propio amor, sin pretender de tener. El tener no es al amor, es a la propiedad. 

“Me pongo el Sol al hombro y el Mundo es amarillo. Y si llueve me mojo, pero no enojo porque no encojo…” Y comprendí que solo yo daría verdadero valor a mi vida.

“Nunca pensé adonde voy, pero atención, se dónde estoy…” Entendí que la vida estaba conmigo, ni allá ni acá, solo conmigo. Lo importante era saberme, lo demás, lo trae la vida. Yo sería mi único obstáculo. 

“No me importa tu dinero, prefiero mi independencia si para tener un sombrero hay que alquilar la cabeza…” Supe que la vida sería lo que yo valorara y no los valores que quisieran educarme. Que el dinero si no importa, es como un vicio más, depende de tu voluntad saber manejarlo y manejarte en el universo de los viciosos sin llegar a ser un yonqui más.

“Más que el oro es la pobreza, lo más caro en la existencia”. Entendí que la palabra se sometía también a la relatividad de Alberto…que riqueza era también la alegría de los niños del Altiplano, sin juegos electrónicos y empapados de sonrisas. 

“Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo…” La pobreza cada quién la mira desde donde coloca el valor máximo con el que cotiza su existencia…hay quienes solo la miden en dinero y confunden el amor con confort. 

“Qué me importa ganar diez si se contar hasta seis…” Supe que cada cosa sabida era una responsabilidad de vida y que no debería jamás presumir de saber lo que no sabía. No cabe en las manos más que lo que éstas puedan sostener…

“Solamente lo barato se compra con el dinero…” pude constatar si, que mucho o poco, dinero tenía todo aquel con quién me cruzaba… no así libertad, honradez, dignidad…y menos, amor. Pude valorar lo verdaderamente caro.

“Supe que nada se sabe y no se que es lo que supe…si volar es irse abajo o si cae aquel que sube. Me fui más allá del hombre, casi a la altura del niño, pero no pude encontrarlo por eso vuelvo contigo. Mas ni importa lo que digo si la historia es una sola…Hay medio mundo esperando con una flor en la mano y la otra mitad del mundo por esa flor esperando…” 
Yo no tenía flores en la mano, así que comencé a pintar y a escribir poesía, sin saber cómo hacerlo... y es aún hoy que lo intento sin lograrlo y solo encuentro a Facundo y su flor… Facundo Cabral, gracias por tu flor. Ese disco fue “No soy de aquí ni soy de allá” y hoy pondría el mismo título a mi libro.

Luego, ya en el Montevideo de los setenta, uno que le cantaba a un cuzco rabón y otro, que llegaba de más al norte y hablaba de un gran durmiente, prosiguieron “cargando con flores a mi fusil de poemas y afiné la puntería del canto contra las bestias…” Pero esa es otra historia…

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