martes, 5 de enero de 2016

Se encontraron...

Se encontraron la sal y el azúcar
cuando aquella lagrima alcanzó
la comisura de aquella sonrisa
que la esperaba ansiosa de mostrarle
que el sufrimiento fue un invento del Hombre
y que el verdadero amor solo sabe de vida,
más allá de culturas, educaciones o religiones…
Así la meció entre sus dos labios rosas
para que una vez saliva,
corriera a refrescar aquel cuerpo cansado
que retornaba de un viaje de vida vivida...

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