lunes, 4 de enero de 2016

Recordaré una noche

Recordaré una noche la voz de la poesía
y existiré por siempre en su reposo,
ahogaré mis sentidos en su sangre,
bañaré sus rubores con mis salados mares
y brincaré los ataúdes enmohecidos
de los que esperaban que durmiera…
desde cuando en tinta existiera.

Hay una gota que no es diamante,
que no aún lágrima suspira
y una luz que no es estrella,
que solloza cuando canta la higuera…
hay aromas extraños a primavera
cuando las arcas surcan mareas
navegando cuentos ya perdidos.

Una brisa se enrosca a mi razón
y agita sus tiernos tallos, que retoños,
parecieran despertar a la voz de las quimeras.
Cuánta poesía quisiera
revolcarse en éstas letras,
sabiendo que sin ti
no son más que manchas negras
sobre blancas hojas eternas
cual mudas carceleras.

Recordaré una noche la voz de la poesía
y existiré por siempre en su reposo,
ahogaré mis sentidos en su sangre,
bañaré sus rubores con mis salados mares
y brincaré los ataúdes enmohecidos
de los que esperaban que durmiera…
que el poeta durmiera…
que la poesía durmiera en el sueño del poeta,
sin hacer amores de las frías madrigueras.

Ya ni sabio ni letrado,
ni escritor siquiera;
ya tan solo enamorado,
ante la vida que respeta
a quien antes de existir,
simplemente es poeta…
Y abrazado una noche
a la voz de la poesía,
existiré tan solo
en su eterno reposo,
ya sin aliento, 
sin voz sin retorno,
ya sin acoso…

No hay comentarios: