Dejaré de festejar cumpleaños, festejaré cumpledías...pero cambiaré el ¡Ya! por el Pole Pole Hakuna Matata (tranquilo tranquilo, no hay problema). Ya no avanzo, introspecto. No me preocupa la cantidad que tiempo que queda tanto como los pequeños instantes que me hacen sentir vivo... reconozco que si los sumo hasta el hoy, no habré llegado a entrar a la escuela primaria. Dejaré de oírme para oír el universo y hablaré el idioma que me apetezca y hasta me lo invento. Pretenderé ser escuchado porque sé que entre los sordos, igual paso desapercibido. Percibiré la historia, no acataré crónicas... Confiaré en mi criterio que me parece más digno que hacerlo confiando en el de otro, es que sé callar cuando no se y preguntar cuando no comprendo... he escuchado todo este tiempo, por lo que hablo tan solo lo comprendido por propia experiencia sin repetir frases ajenas. Entendí que reconocer el propio equivoco es más digno que afirmar verdades de lentejuelas sin haber vivido, porque demuestra haber escuchado. Equivocarse es Humano, caerse es haber estado de pié y levantarse es la consigna de la dignidad, comprender el argumento ajeno es más noble que defender el propio...lo que es inaceptable es el imponer ciegamente. Amaré libremente, eso es sin esperar nada a cambio. Sufriré el Mundo a carne viva, sin miedo a la desintegración espiritual porque ha sido ese sufrimiento el motor de mi existencia sin destruirme...más bien, alimentando el alma que en el infierno no se quema, se sonroja de vergüenza ajena y enfurece, se potencia...del dolor no nace la imbecilidad es desde la apatía o el confort que se multiplican los imbéciles... La vida cuando duele, te avisa que aquello contra tí atenta, te alerta, y si eres sincero verás que no importa el dónde o a quién, tan solo importa el hecho y contra ello hay que actuar, porque no hay más opción que el roce en un pasillo estrecho.
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