Nunca recuerdo lo leído, los nombres de lo que he visto o donde he estado. No recuerdo ni haber leído… creo que ni me importa saberlo o recordarlo. Tan solo cuando escribo y me leo, reencuentro todo aquello que he absorbido, y que lejos de ser memoria, es mi sangre, sudor y cuero; es mí ser conformado por todo aquello. Qué necesidad tengo de acordarme de todo ello, si soy aquello que no recuerdo y que fue el motivo de aquel encuentro.
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