sábado, 22 de julio de 2017

Qué...

Qué comienzo éste final…
Qué ruin el día que se apresta
a existir sin mi sombra,
la que añorará el alba
en su cotidiano asomo
a la cornisa del horizonte.
Qué soledad la ignorancia
la creencia de la posesión,
el absurdo del poder asignado,
robado, adquirido o heredado…
más allá del amor.
Qué tanta gente…
y tanta soledad compartida.
Qué tanta mentira,
tanta etiqueta y maquillaje…
tanto vacío elegante.
Qué tanta información,
formación dentro,
de formación
perteneciente a la forma…
qué tanto lío de conceptos.
Qué tanta reivindicación estática,
caricias contra reembolso,
moral al costo
y sentimientos de rebajas de navidad.
Qué tanto orgullo de qué,
qué tanto logro,
qué tanto avance...
qué aquello abanderado de humanidad,
qué de la verdad, del amor, la dignidad…
Acaso Siria, Venezuela,
el mar Mediterráneo,
acaso la Amazonia,
los Anangu o Arunta,
los Micmac o Abenaki,
los negros o indios,
acaso es eso el desarrollo,
el avance, la modernidad…
Qué de la humanidad sin cultura,
sin capacidad crítica, sin amor…
Desde que fui pez a hoy…
qué comienzo éste final.
Qué ruin el día que se apresta
a existir sin mi sombra,
la que añorará al menos el alba
en su cotidiano asomo
a la cornisa del horizonte...

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