viernes, 28 de abril de 2017

Recojo las migajas

Recojo las migajas
que el viento de la razón
deja al merendar en mi plaza,
que recostadas a la orillas del tiempo
dan sombra a viejas mortajas.
Ya no acoso a la primavera,
abrazo al otoño cual amigo
que embelesa agitando el trigo
con calmos ocres y gotas frías,
asidas quién sabe cuándo
a las alforjas de mi sequía.
Acumulo luces ambientando noches,
escabullo verbenas que enloquecen,
destapo el canto de una sirena
que acomete cual cardumen de peces
trepando alientos de escarpadas mareas.
Busco quién contó el final de la historia
antes de yo terminar el libro…
descreo de la armonía, la rima o el ritmo
que condicionan a cauce
lo que lluvia ha sido.
Soy gota y de roció,
escarcha en cementerio,
bruma en recuerdos fríos
y arroyo en cautiverio.
Llega el tiempo que implora abrigos
y ofertas llueven de ninguneo,
más cae lo evidente ante lo aprendido
y diluyo lágrimas entre parpadeos.
Ciego no he vivido,
menos sordo o aturdido
y prefiero reconocer la derrota
a la ignorancia del desentendido.
En un Mundo que habla tanto,
tan poco se ha comprendido,
tanto menos se ha escuchado
tan poco hemos sonreído
que se muere de vergüenza
más, que de haber vivido…
Recojo así las migajas
que el viento de la razón
deja al merendar en mi plaza,
que recostadas a la orillas del tiempo
dan sombra a viejas mortajas.

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