martes, 4 de abril de 2017

He llegado a ese momento

He llegado a ese momento
en que el conocimiento adquirido
me lleva inexorablemente a no saber siquiera quién soy…
Que su avance pareciera el retroceso del entendimiento.
La vida se intuye fastidiosamente larga
por agobiante y densa en desalientos.
Se acopla al tictac del reloj y se repite,
se eterniza invento, epílogo de los silencios.
Ya no sé a qué referimos con avance o retroceso…
solo me han hecho comprender que se valora todo, por dinero.
Puede ser hasta mediocre el más caro de los vinos
que si alguien paga por él, no hay quien atreva un discierno.
Dejo a un lado las frases hechas,
los postulados del honor, el respeto y demás artilugios ciudadanos,
los miedos religiosos y los pánicos de escenario urbanita…
Los sentimientos de consenso dejo de lado,
las maquetas disparatadas, las maquiavélicas marcas,
lo consentido y asentido, asistido e inaudito…
Y llego a ese momento,
en que el conocimiento adquirido
me lleva inexorablemente a no saber siquiera quién soy…

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