sábado, 21 de mayo de 2016

Tal vez mañana...

Tal vez mañana al querer abrir mis ojos
note
que acabaron las luces, los matices, los días.
Y aún así
no dejaré de amarte,
vida mía.
Podré tan solo haberte obsequiado
lo poco hecho
y lo tanto andado,
detrás del rastro que compone
la savia que emana de tus nacientes
cual volcán rugiente
que invita a la alegría.
¡No vida!
No he confundido
mi dolor con el tuyo,
el de ser Hombre
con el de estar vivo.
Puede que un día
de carne deje de ser
y hasta que mis trazos
vuelen a boca abierta
hacia la nada que conforma
el vacío de las nuevas colmenas…
Pero jamás tú, vida mía,
dejarás de estar en mí,
esté donde se quiera,
sea lo que yo fuera…

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