sábado, 7 de febrero de 2015

Olvidar...

He de pedir perdón por haber olvidado la alegría…
me lo dijo un niño ayer,
que ganaba el campeonato mundial
con un balón de periódicos y viejos trapos,
en un rincón de un negro garaje de ciudad…
He de pedir perdón por haber olvidado sonreír…
me lo mostró un niño ayer,
en una fotografía del hambre en África
que enarbolaba una sonrisa por un trozo de chocolate
como único rastro de vida, aún con vida…
He de pedir perdón por haber olvidado compartir…
me lo dijo un niño ayer,
dando un trozo de su galleta a un cachorro de perro callejero,
que canjeó antes por unas lamidas y miradas de aprecio.
He de pedir perdón por haber olvidado soñar…
me lo recordó un niño ayer
que logró que el autobús pasara por Marte,
diera la vuelta en Júpiter y aterrizara en la Luna
para comprar chocolate como combustible…
y todo lo hicimos sin casco ni cinturón de seguridad.
He de pedir perdón por haber olvidado amar…
ya me lo habían dicho mis dos hijos
cuando perdonaron mis torpes intentos de ser padre
tan solo por que me amaban…
En resumen…he de pedir perdón
por haberme creído la vieja historia,
de que crecer o ser adulto,
ese complejo de fruta
que nos lleva a una madurez estúpida,
es tener que olvidar
ser niño…

Girola 2015

No hay comentarios: