A veces salgo, ando,
me trastoco, me susurro…
destilo epidemias de miedo,
vulgarizo la mentira por cotidiana.
Hago luz cuando alboroto los cielos
y es fácil…
entre tanto hollín y viejo cuero,
surco con metralla el viento
que resopla desde los altavoces del averno
y todo se hace denso, pegajoso… hasta la bondad empalaga.
Destapo una botella de versos
y doy de beber a mis silencios que apenan,
pero cobran sentido en el arenal de los desiertos urbanísticos
que avanzan cual desertización del sur de ésta península.
La muerte está cada vez más lejos
porque no hay mayor distancia que el adentro…
Era mentira el tiempo y verdad el sentimiento.
Empiezo a ver cuando me falla la vista
y a entender cuando la cordura reblandece.
Todo tan pobre y tan niño
que me descubro auténtico
cuando me señalan falso.
A veces salgo, ando,
me trastoco, me susurro…
destilo epidemias de miedo,
vulgarizo la mentira por cotidiana…
un camino que hago solo
y a veces lo grafico…
y no es egoísmo,
es no querer para nadie
tal sensación de hueco…
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