miércoles, 16 de marzo de 2016

Atrapé la muerte...

Atrapé la muerte con mi mano,
enterré el tiempo en un bostezo,
abracé un remolino que pasaba
desprevenido entre tanto viento
y desde lo más profundo del Himalaya
deliré acordes a puro cuento.

Por eso no esperes poesía hoy
que los vientos hablan de murallas,
que las golondrinas no trinan
y no lloran las guirnaldas
acosos de colorines y frutos de nata.

Ensambla tu mandíbula
que quedó desarticulada
al igual que la cigarra
que entre tanto torbellino
ha perdido su guitarra.

Más de quince minutos llevo
elaborando éstas trazas,
que han dejado de ser poesía
como pretendía a la mañana,

ahora solo escritura, simple y vana…

Cuando empiezo a pensar
dejo aparcada la poesía
y solo logro escritorear,
escribir o trazear tonterías
sin ser eso lo que quería.

No las busques que no estarán,
te dirán que están mal dichas,
de escribirlas ni hablar,
no existen ni se acreditan,
las palabras que al pasar
dejo caer en ésta cita.

Hay a quienes les da por escribir,
otros apenas trazeamos
y de poesía ni hablamos
menos en un día como hoy,
que no se si aquí estoy
o me he estado inventando…

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