martes, 4 de agosto de 2015

Recorro la órbita última de tu vientre,

Recorro la órbita última de tu vientre,
desde el recuerdo del génesis
y hasta el abismo del deseo póstumo.
No llueve bajo el agua,
la luz se abraza a la sombra
y la seducción a morir
reconforta la vida misma.
De poder soplar palabras
cual pompas de jabón,
llenaría partículas de polvo
abrazaría a los ángeles
olvidados por siempre
detrás de las pocas travesuras
de una fantasía que desaparece…
Desaparece el horizonte
ante el fogueo del Sol,
como en la brea
se ahogan los blancos.
Y así y todo,
acepta su derrota Afrodita
ante ti,
y andas conmigo,
compañera,
dibujando el nuevo trillo,
yo el cañón tu el gatillo
del fusil que porto en mano.
Recorro la órbita última de tu vientre
desde el recuerdo del génesis,
hasta el abismo del deseo póstumo,
solo con el deseo de verte en mí,
Mujer,
hasta en mi suspiro último.
Mujer,
de la compañera Mujer,
la de barro Mujer, de matiz y cincel,
Mujer.
Dejo la Julieta a los isleños
que de matarse hacen rezos
y las princesas a los nobles
para que esperen durmiendo un beso.
Viajo siempre y contigo Mujer,
al somos eterno de cualquier beso,
a la bella atmósfera de tu piel
que me baña siempre de sueños,
al diseño único de tu cuerpo
que es el alcance último
de mi deseo…
De tu cabello de heno
tejo el lienzo de mis sueños.
De tus manos raíces
me afirmo a éste averno.
¿Qué de mi Mujer
sin tu sola presencia?
¿Cómo entender lo feo
sin conocerte lo bello?
¿Cómo saber de la violencia
sin conocer tu ternura?
¿Cómo saber del resentimiento
sin saber de ti el amor?
Recorro la órbita última de tu vientre
desde el recuerdo del génesis,
hasta el abismo del deseo póstumo,
solo con el deseo de verte en mí,
Mujer,
hasta en mi suspiro último...

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