martes, 11 de noviembre de 2014

No caigo desde lo alto...

No caigo desde lo alto,
es desde afuera.
Se desprende un aviso de otoño
danzando hasta el suelo
que simplemente la espera.
No la recoge o cobija,
la sabe ya, continuidad de vida,
a pesar de dibujarse muerta
o inerte lágrima última de árbol.
Y no caigo desde lo alto,
es desde afuera.
El estruendo de una gota de lluvia
sobre la arena seca, ensordece…
cuando se espera el ocaso
cual último tranvía
y es que tal vez lo fuera,
quién lo dijera o dijese.
Y no caigo desde lo alto
es desde afuera.
Me desprendo como aviso de otoño
danzando hasta el suelo
en éste juego que llaman vida,
en donde…
el estruendo de una gota de lluvia
sobre un ataúd en procesión, ensordece,
cuando era ese ocaso
aquel último tranvía
y no se cae desde lo alto
se cae desde afuera,
hacia el adentro último
de nuestros días.

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