Y yo aún sangraba
la sal de su sonrisa
que se adentraba
a carne viva
por el carril de mis recuerdos.
Hermané vidas con el dolor,
con la sola intención
de no perder su presencia,
en su habitad única
que conforma mi memoria.
Y así,
lo que para muchos es dolor,
en mi es fuente de alegría,
motivo de sonreír
desde la misma hoguera
Y es que,
mientras se ejecutaba la hipocresía…
yo aún sangraba
la sal de su sonrisa,
que se adentraba
a carne viva
por el carril de mis recuerdos.
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