sábado, 24 de agosto de 2013

Si nacer es un resultado químico casual configurado por circunstancias varias, vivir ha de ser el transcurrir entre un cumulo de casualidades que conforman el caosmos. El cómo vivir es seguramente lo único que nos compete decidir, por lo que podríamos ser responsables. Todo lo demás pudo haber sido de millones de diferentes maneras. Esa casualidad no condice con una obligación contractual o moral más a cumplir. Me resulta más coherente decidir cuando morir , que la posibilidad de haber muerto en el accidente de moto que tuve hace casi 2 años, por mas que sea mas acorde al caosmos. Cuando pienso en el libre albedrío inevitablemente veo a las religiones del otro lado del mostrador. Ya la casuística es mucha como para dejar todo en manos de un supremo...desconocido

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