domingo, 7 de noviembre de 2010

Vivir un sueño

Cuando tenemos la valentía
de vestirnos de nuestros sueños
y desfilar ante un público
que se pensaba inerte...
nos asombra el ver como, lentamente,
van quedando las butacas vacías.
Algunos,
devuelven la invitación disimuladamente,
dibujan una sonrisa tonta y regresan
a los cómodos sillones de la cotidianeidad.
Muchos suben al escenario
y reconocen el guión como propio,
sumándose al elenco de una obra,
que en distintas versiones es universal.
La complicidad los libera y lo auténtico,
traspone la imagen ciudadana, exponiendo al individuo.
Algunos pocos quedan en sus butacas,
simples espectadores anclados por sus miedos...
Lo cierto es que nos asombra
cómo, el vestirse de aquello que llamamos "sueños"
dista mucho de ser algo único o exclusivo de cada quien.
Es simplemente, que pocos,
asumen la vida como quieren que sea
y muchos la viven como se dice que debe ser...
hasta que dejan de sentirse solos en su locura,
rasgan vestiduras y se suman a la obra...
al menos por unos instantes...

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