miércoles, 4 de marzo de 2009

Al poniente ya...

Sentado ya
al poniente del epitafio aquel,
que otrora escribiera
un tiempo a mi asignado y lento;
reposando de tanto repetido aliento
que con marca de fuego esta vida
decora mi alma cual juguetona niña
con sus desgarros y regocijos...
me destino a nada sobre lienzo de espejismos.

De la nada ésta, no de aquella que para ti es nada.
De la nada ésta, que es a mi, el todo.
De la nada que fabricas a ceguera y egoísmo,
de la que pintas con guante blanquecino,
tapaboca blanco, de quien no quiere contagios,
de quién a miedo de reconocer transita.
Del que ya ciego chapotea el barro de mil caídos,
el amor de millones de niños, la flor blanca…
chapoteando en fecales cual si jugara en agua.

Sentado ya
al poniente del epitafio aquel,
que otrora escribiera
un tiempo a mi asignado y lento;
me adentro en la nada que tu ignoras,
en mi nada que contiene al Universo...
Haciéndome nada a ti y todo a mí,
para que al caer la sombra
sobre mis pupilas adentradas en mares,
no corroa la humedad a la bisagra aquella
que abrirá la puerta de mis nuevos andares...

No hay comentarios: