sábado, 29 de noviembre de 2008

El otro imperio...

Dejo la poesía a los poetas,
y con mi poca elegancia académica,
seguiré satisfaciendo mi necesidad
de saber que al menos,
hay algunos cientos de miles
de párrafos y guiones
que dirán de mi, aquello,
que más nadie sabría.
A cuarenta y seis años y algo más,
de mi muerte última,
la reconozco a ésta, reincidente…
insistente por demás en el intento de anticiparse.
Reconozco los cerebros de las masas
como un enjambre de discos duros
de infinitos Mega Bites,
carentes de antivirus.
Infectados, sin opción a reconfigurarse,
transitan estos algunos años…sin sentido.
Seguiré siempre de alguna manera o forma
llenando de letras espacios de olvido…
Tal vez en un acto egoísta al fin,
pero antídoto,
para el veneno que supone
andar este corto tiempo
reconociendo el verdadero poder
de la palabra…

No hay comentarios: