Ayer acaricié una traza de tu aroma
Que se descolgó inerte
Desde el ala curva de una gaviota
Que abrazaba al viento para comprenderme
Cada vez que asoma el sol
Justifico estar en el frío cemento
Y al apañarme la Luna
Apruebo toda la sal que curtió mis deseos
Nada es mas pobre
Que las palabras ordenadas
En tiempo y formas que no condicen
Con el amor que trina claveles
Cuando apaña un antojo
No hay mesura en el hombre auténtico
Como no hay pecado en la mujer enamorada
Solo el odio y el mal pueden pensar
Que tras la voz de una mujer
Puede haber el aliento de una bala
Solo el mal puede dibujar
Muerte en una brisa de palmera
Verás, ya no sostengo la memoria
Al salpicar de tinta la fibra plana
Que intenta hacerme olvidar que muertes verdes
Tantas muertes verdes han de sucederse
Para aparecer ente mi lecho
Sudando resina de cementerio
No pensemos que todo muere
Cuando el final es un comienzo
No se puede ser tan ruin
De pretender ser siempre
El propósito de todo devenir
Cuando las lagrimas ocupan el tiempo
Que otrora decorara la sonrisa
Se alzan las bestias a respirar hediondas
La eses de sus mediocres ideas
Ayer salpicó mi mejilla
Un azul que bordaba lienzos
Ya dormidos en madreselvas
No compro pólvora porque sé
Que llevo al amor cual arma de guerra.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario