sábado, 21 de mayo de 2016

Tal vez mañana...

Tal vez mañana al querer abrir mis ojos
note
que acabaron las luces, los matices, los días.
Y aún así
no dejaré de amarte,
vida mía.
Podré tan solo haberte obsequiado
lo poco hecho
y lo tanto andado,
detrás del rastro que compone
la savia que emana de tus nacientes
cual volcán rugiente
que invita a la alegría.
¡No vida!
No he confundido
mi dolor con el tuyo,
el de ser Hombre
con el de estar vivo.
Puede que un día
de carne deje de ser
y hasta que mis trazos
vuelen a boca abierta
hacia la nada que conforma
el vacío de las nuevas colmenas…
Pero jamás tú, vida mía,
dejarás de estar en mí,
esté donde se quiera,
sea lo que yo fuera…

martes, 17 de mayo de 2016

Cada vez que suspiras

Cada vez que suspiras
los polos germinan del blanco al verde,
se hace azúcar la menta de tus labios
y sacude el viento las ramas del recuerdo…
Y todo ocurre,
cada vez que suspiras,
cuando te haces pensamiento
y te proyectas a secuestrar mi mente…
Y es que logro ver mi beso
tallado en tu aliento
cada vez que suspiras…
Y es así,
que el amor renace
eterno desde sus cimientos,
por que es la huella
que tejió tus tiempos
y te retorna al cielo,
etérea y evaporada,
cada vez
que suspiras…

No has contado nunca...

No has contado nunca los pétalos de una rosa.
Me asombro hasta con la brisa de la mañana,
me aturde cada segundo de sombra que juega a los volúmenes
en un Universo que de tan coqueto y travieso,
procura maquillarse a cada segundo de variados relieves.
Cada instante del provenir me seduce…
él a mí por único y yo a mi,
por haber esquivado un segundo más
la única imposición a la que no podré dar batalla,
la prohibición de disfrutar de éste bello Mundo
un segundo más...
Desde el inicio llevamos el mismo final.
Yo me deleito con cada nuevo día…
tu me miras desde tu asombro,
y hasta me piensas ingenuo…
Sin embargo…
yo he contado los pétalos de una rosa…
¿Y sabes qué?
Cada una tiene una cantidad distinta a la otra,
cada una es única e irrepetible,
así como cada segundo de vida que transitas
que espera despertar en ti, con el azar,
el asombro del devenir.

domingo, 15 de mayo de 2016

La lluvia ahorcó al aliento...

La lluvia ahorcó al aliento
que recorría las fauces del tiempo.
Se igualó la angustia al niño,
y se hizo viento el estiércol…
Se alzó una bandera por la libertad conquistada
sobre un chasqueo de cadáveres mutilados,
el humo de millares de fogueos que aún tronaban en las calles,
el carmín hecho añicos contra las aceras pegoteando moscas
y la nada bailando al son de la vergüenza, abrazada al grito que anunciaba:
¡libertad, libertad, hemos traído la democracia…!
Aquel niño que perdió la mano, la madre, el padre,
que perdió a la vida y su juguete,
a sus dos hermanos, a sus abuelos y amigos,
que perdió un tiempo y dos canicas,
el norte y su existencia junto a su historia…
Aquel niño que salió en al foto,
Aquel niño…¿Cuál niño? ¿Cómo llamarlo niño?
Aquellas bestias que mandaron a matarlos a todos,
por el gas, por el oro negro, por tener el culo caliente en invierno.
Aquellas bestias que se lavan la cara con dinero,
aquellas bestias, lo llaman niño, lo miran niño…
Y hoy se ven fotos dándole agua,
confort y modernismo…
allá donde la lluvia ahorcó el aliento
hasta hacerle escupir al amor por la boca,
de aquel que otrora, llamaron niño…