martes, 7 de mayo de 2024

Empecemos por cambiar los órdenes básicos..

 Empecemos por cambiar los órdenes básicos.., es simple. Que el tiempo verbal empiece siempre por Ellos y de allí a vosotros, nosotros, el, tu y yo... la verbalización empieza por ellos, que es la gran prioridad del todo y no el yo. Luego los números, donde el comienzo sería un infinito eterno sin jamás llegar al 1...donde no hay comienzo ni unidades. Nada puede cuantificarse, no hay operaciones matemáticas sin la unidad, porque la unidad es en realidad el todo y ese todo el único número, un 1 universal que da sentido al cosmos. Entonces viviremos calendarios indeterminados donde el tiempo deja de tener sentido porque no puede ser cuantificado. No hay números entre los sucesos, solo hechos, vivencias. No hay nada antes o después de nada, todo sucede ante la conciencia del observador que da existencia al hecho... Partiendo del uno, vamos repitiendo una historia desde la conciencia registrada por ese uno, que va a paso de tortuga encriptado dentro de números inexistentes, creando rehenes de la conciencia de ese uno a los ellos que se conforman con ésta. No hubo un Bigbang, porque no hubo un antes ni habrá un después. ¿Transmitimos conocimiento y perpetuamos un error? Da miedo solo pensarlo... Matemáticamente trabajando desde lo básico, con elementos animales, la creación de conjuntos desafía las reglas matemáticas en relación al tiempo... En el conjunto formado por 1 humano + 1 humano, la menor probabilidad es el dos. Depende de la capacidad de convivencia y empatía, para que ese dos permanezca y eso implica el factor tiempo; con esa variable es aún mayor la probabilidad que el dos sea fugaz, por lo que ese 1+1+tiempo, puede ser = 3, 4...y hasta 1. Las matemáticas son a elementos inertes, estáticos e inalterables o en un tiempo presente absoluto, cosa que las transforma en algo tan fugaz que se transforma en inexistente para nuestra percepción del espacio, ya que el presente es un concepto abstracto del que nadie alcanza a generar conciencia ya que el sólo reconocerlo lo transforma en pasado. Somos el punto de inflexión entre lo animal y lo racional, un eterno desencuentro entre neandertal y sapiens... El sapiens continúa con su vírica devastación... y ahora da jaque mate con la I.A.. No estamos evolucionando como describía Darwin, simplemente protagonizamos una guerra vírica desde el bando de los sapiens, que no conforma la evolución natural, sino que impone viralmente una existencia virtual y devastadora de toda energía existente, basada en principios abstractos que se validan por si mismos sin fundamento universal.